lunes, 20 de julio de 2009

Dulce fiebre



“En lo futuro tú estarás sola aunque al lado de tu marido. Yo estaré solo en medio del mundo. Sólo la gloria de habernos vencido será nuestro consuelo. ¡El deber nos dice que ya no somos más culpables! No, no lo seremos más.”

Simón Bolívar.



La ponzoña corre por mi sangre. Y yo le ruego, mi señor, que me deje ir con usted. Pero usted querrá que me quede aquí ¿verdad? Y me dirá que soy más útil tranquila, serena. Y acariciará mi pelo enmarañado y me enternecerá con sus ojos negros. Me dirá mi loca enamorada. Y yo que ya no se, que le hago caso cuando tiene usted razón, que sé que ya no debo insistirle a su noble corazón, me quedaré aquí, sin usted, aunque no sé con que motivo.

No me deje aquí, luchando contra este veneno, que no quiero. Mi Simón, déjeme ir con usted. Perdóneme. Yo no quise hacer que usted me ruegue, yo no quise hacer que usted me espere. Yo cerraba mis ojos y lo veía llegar galopando en su caballo, como tantas otras veces. Y aunque escuchaba su voz llamándome a través del viento, tan tonta pensé que usted ya volvía. Permítame ir con usted, que el tiempo será noble y nos dejará recorrernos. Béseme, no me deje de nuevo.

Escúcheme esta vez. No sea usted tan terco. Hombre, yo lo salvé, sálveme usted. Su causa era mi causa antes de que yo lo adorara. Pero me derrumbo, no se lo quise decir nunca, perdóneme si se lo digo ahora, me derrumbo cuando escucho a esos perversos deshonrar su magnánimo nombre. No, no se preocupe, que ellos no lo saben porque yo alzo mi pecho y los miro con mis ojos duros cuando defiendo nuestros sueños. Quisiera vengarlo pero conozco que usted no querría eso. Quiere usted que guarde del mal mi valiente corazón. Mi señor, así lo haré. Lo guardaré porque mi corazón es de usted.

No, no me discuta, abráceme. No me aparte, déjeme besar sus lágrimas. Entre en razón, que no está bien, mi amor, que nos separemos otra eternidad. Yo puedo mirar. Recuerde, mi señor que mi alma puede mirar. Lléveme con usted y líbreme de ese otro viento que trae sal, de las canas, del destierro, de la enfermedad. Lléveme con usted que no quiero que estén lejos nuestros huesos. Lléveme con usted que ahí donde nos vamos a quedar el tiempo huele a pan quiteño. Lléveme y desvístame y conviértase conmigo en la sierra que cobija a nuestros pueblos. Sea conmigo uno sólo antes de que se acabe todo nuestro mundo.

No Bolívar, no me mire así que no quiero quedarme en este tiempo. No, mi amor, no me pida eso. No ahora que antes me sostenía su regreso porque mi corazón lo veía en su caballo y con el viento. Pero ahora, mi amante, está usted muerto. No me pida otra vez que no me pierda, ni que viva para nuestros hombres porque no puedo.

Mi amado Simón, ¿por qué no puedo convencerlo?

Míreme, tóqueme, siéntame, míreme. Decídase pronto mi señor y sea bueno con esta fiebre, dulce fiebre que se compadeció de mí y me trajo hasta usted. Escúchela. Envuélvase en mi pelo, vuele cómo las aves, anímese sobre mis ademanes, guárdese en su miel quiteña, enrédese en el viento de Los Andes.

¿Qué le hizo a el veneno, Simón? que lo veo como en sueños ¿Por qué se ha montado en su caballo? ¿Es que se marcha de nuevo? No me llame buena, no me llame bella, no me diga adiós. Y yo que ya no se, que le hago caso cuando tiene usted razón, que sé que ya no debo insistirle a su noble corazón, me quedaré aquí, sin usted, aunque no sé con que motivo.

Voy a guardarme del odio y ni la tranquilidad borrará su imagen de mi memoria. Váyase usted al medio del mundo que yo me quedaré en al lado del mar venerando por la eternidad su nombre. Y los poetas me buscarán en la playa por las noches. Y yo estaré esperando que llegue el tiempo noble.


8 comentarios:

Psicolocopatico dijo...

Genial, me gusta el tono de la narración. Te felicito, está muy bie.

Christian Armijo dijo...

me encanta cono narraste el cuento, no se si cumple la consigna por que no veo la Ucronia pero que mas da es un cuentaso me gusta

Gavriel Rosmor dijo...

EXCELENTE!!!

Me lo imaginaba, me lo soñaba a medida que mis ojos recorrían este texto sacado de un paraíso perdido, y sólo tú fuiste capaz de rescatarlo de tu mente para deleitarnos con una narración más que poética... provocadora.

Escribidor dijo...

Es un poco difícil adivinar la historia exacta, pero el texto es genial.
Logras mantener un mismo tono lírico desde el inicio hasta el fin. Las imágenes que utilizas son muy apropiadas.
Lo único que corregiría son unos cuantos signos de puntuación y tildes.

Molo dijo...

Escribidor tiene razón con eso de las tildes, hay unos "sé" que no tienen la rayita oblicua (son 2). Una señalización acertada de Kenshiryu-san, no sé si el cuento cumpla con la consigna propuesta... Fuera de eso es un muy buen cuento, lo mejor de Yuliana hasta el momento, lenguaje bien logrado y el tono bien marcado el de Manuelita.

La Chica del arete rosa dijo...

me encanta el tono lìrico que tomas, es el perfecto para este tipo de narraciòn. El unico problema es que apenas si pasa algo, quedas mas en relato que en cuento, pero considerando que es una carta, creo que es válido. Ojo con el lenguaje y la època.

Roberth Andres Mendoza Apolo dijo...

me encanta!!!! me gusta muchoooo !! muy bien !!...no te digo ams , porque es muy bueno, exelente !!

Mary dijo...

Yuli me enamoraste... una vez más.