miércoles, 17 de junio de 2009

Para cuando él llegara


Malena era celosa, solo que ni siquiera ella lo había notado. Si alguna otra se atrevía a mirar a su esposo de cabello castaño, se retorcía. Pero lo dejaba solo para que sean otras las que lo elogiaran. Ella se iba a algún bar con sus amigos para hablar de sexo, mujeres y letras. Cuando llegaba a casa siempre encontraba a Luis y a una botella de vino que la esperaban. Hace dos meses que simplemente lo saludaba y pasaba de largo.

Esa noche cuando Malena llegó a casa Luis no estaba. Se separaron durante la reunión, pero él no le había avisado nada. Pensó en llamarlo al celular, pero eso sería demasiado. Ni ella entendía porque actuaba de esa manera. Podía, debía llamarlo. Era su marido. Pero no. Seguramente sus colegas lo habían convecido de seguir festejando la publicación de su libro Los Dragones y los niños. Las fábulas de Luis eran lo unico en el universo que la volvían delicada. Ella, en cambio, era incapaz de escribir algo que no quemara.

Odiaba esperar mientras salía la llamada. Marcó él numero de Luis una, tres, siete veces. No contestaba. Empezó a dar vueltas por toda la sala. Lo imaginó rodeado de mujeres. De esas que aprovechaban cualquier ocasión para halagarlo y besuquearlo ahora que él era célebre. Fue inevitable que se comparara con ellas. Todas eran divinas, de cabellos claros y piernas largas . Detrás de cada una había una decena de hombres guapísimos siempre dispuestos a rescatarlas. Ella, en cambio, tenía la cara muy ancha y una nariz que estorbaba. Despacio se acostó en su cama.

Cerró los ojos y Luis estaba a su lado. Los amigos, el alcohol, la música, las palabras eran lo único que Malena decía que necesitaba. Pero desde hace seis años no había nada mejor que volver a casa y ver a Luis, estrechar su mano, sacarle la ropa y despeinarlo. Sonrió, a lo mejor no tenía de qué preocuparse. Sabía que sus caderas prodigiosas y su cabello rojo lo volvían loco. Sabía que ella era la única mujer en el mundo que podía hacer que él perdiera la calma.

Era tarde y Luis no llegaba. Malena abrió una botella de vino, esa que desde hace años se reservaba para algún otro momento. La volvío a guardar. La abriría cuando él llegara. Puso la canción que solía bailarle a Luis cuando eran enamorados. Se le hizo agua la boca recordando la primera vez que las manos de Luis la tocaron desquiciadas. Pero hace dos meses que Malena no tenía tiempo ni ánimos para que la tocaran. Se sintió nostálgica. Recordó la primera vez que vio a su muchacho desgarbado de cabello castaño y se enloqueció. Volvió a cerrar los ojos y lo enredó entre las sábanas.

Amanecía cuando Luis volvió a casa. Escuchó la canción y también recordó. Malena estaba desnuda y dormida. Quiso despertarla pero hace tanto tiempo que no la veía tan tranquila.

8 comentarios:

Molo dijo...

Cuando anuncias por primera vez la hora: "Las dos." Porque como que me confundí, pensé que eran "las dos" - Ellas. Ahí al principio señalada más consistentemente el tiempo. Los otros señalamientos de tiempo que le siguen no interesan mucho si el primero ya está señalado.
Las frases textuales como: "¿Para que tiene celular sino va a contestar? " bien pueden ir con guiones y un "dijo Malena" al final.
Creo que es mejor para el lector que no se sepa de los pensamientos de el esposo de Malena; es un poco brusco el cambio de perspectiva.
Esa Malena es María Elena, no verdad?

david dijo...

El personaje de Malena es ciertamente inverosímil. Se supone que es una mujer celosa pero deja a su marido en casa y todo eso, incluso dices que lo dejaba para que sean otras las que lo elogiaban. Así mismo dices al final que hace meses que Luis no la tocaba, siendo que una mujer celosa normalmente no permitiría situaciones así sin berrinches o algo por el estilo. En sintesis, el perfil psicológico no concuerda con eso de que era celosa, característica que parece tener bastante relevancia en su naturaleza.

Escribidor dijo...

Falta más desarrollo a tu relato.
Parece que el rasgo caracterizador de tu protagonista es el celo. Ahora bien, no concuerdo con lo que dice David acerca de que el personaje debe actuar según su descripción psicológica: una mujer puede ser celosa, pero en la narración puedes mostrarla reprimiendo un obrar consecuente por diversas razones (vergüenza, orgullo, pereza), lo que, a mi parecer, la dota de más complejidad.
Algunas sugerencias para la redacción:
La primera oración del segundo párrafo dice así: "Esa noche cuando llegó Luis no estaba" (evita la ambigüedad).
Un poquito más adelante: "-¿Qué diablos te pasa?- Se recriminaba" (la segunda persona en la interrogación puede causar confusión).
Quítale la tilde a "incapaz".
En el cuarto párrafo: "Sabía que sus caderas y prodigiosas y su cabello rojo lo volvían loco" (me imagino que hay que quitar la primera "y").
El final me confunde un poco: "Quiso despertarla pero hace tanto tiempo que no la veía" (¿?).
Tu narrador y su tono permanecen impecables. Te gusta el tema de la fantasía, sigue dándole.

Carol Arosemena dijo...

Yuli me parece que al igual que a todos (incluyéndome) hay que pulir un poco el texto, al principio molesta el "sabía" y "retorcía" hacen rima y se oye extrañó en una narración, tambie´n cuando dices "todas eran divinas, de piernas largas y castañas" parece que te refirieras a las piernas castañas lo cual es raro, supongo que es color de pelo talvez si inviertes el orden funcione, antes de eso también tienes un "alagarlo" sin "H". me encanta el giro que le das a la historia es él el que siempre la espera y ahora le tocó a ella, no concuerdo con David el personaje me parece muy verosímil, es un personaje muy complejo me gusta. Ojo con la sintaxis y los errores horrográficos. me perece que de cierta forma te has soltado mucho más en tu escritura, bien! =)

Psicolocopatico dijo...

Personalmente creo que un cuento corto puede funcionar. El conflicto es bastante simple: el marido no llega a casa y la mujer es celosa. En ese sentido nada debe cambiar. Si quieres darle más fuerza creo que lo adecuado sería trabajar en el momento de la espera.

Unknown dijo...

El personaje que has construído me huele a escorpio. En el caso de que haya acertado, te felicuito por trabajar tan bien la psicologías del escorpio femenino. Son seres inestables, que se mueven por las pasiones y que son needy every now and then. Hay algo curioso: Malena está celosa, pero tu narración la pinta tan tierna y entrañable como una princesa y eso la aleja un poco del sentimiento que la acongoja y desespera. Es hora de introducir palabras de grueso calibre.

La Chica del arete rosa dijo...

me parece un personaje bien formado, pero concuerdo con Ramon en el sentido de que le falta un poco de accion y esta puede ser lograda por introducir algo sobre la espera, pues debe ser el punto pico de la historia, un lugar de total desesperacion.

solanda dijo...

Todos no han podido opinar mejor, dentro de poco no van a necesitarme ;)