Él los recitó y las palabras se grabaron en mi memoria, y yo no tengo buena memoria.
Autoplagio
Latigazos de sombra desordenan tu cuerpo,
en la fotografía donde te estoy pensando,
y soy el extranjero que descubrió tu rostro
y se animó a escribirlo, que era como besarlo.
- El peluquero
Asentaba navajas en un listón de cuero,
porque era su trabajo arrancarle a los rostros sus
animales muertos.
Hacía barba y bigote para el espejo atestado de
gente.
Su navaja pulía aquélla superficie,
rasuraba los rostros del espejo y haciendo su
trabajo
afeitaba al espejo ?
Era más chico que un tarro de gomina Brancato
mi abuelo,
por una cabeza más alto que la muerte.
Invitaba al cliente sacudiendo una toalla
y el cliente ocupaba aquél sillón Dossetti de
madera
y entraba en el espejo.
El estilista hablaba solamente con su tijera
y cuando ella por fin tenía la lengua despegada hacia un lado
el decía: «servido».
Mi abuelo maquillaba al espejo con estrellas de
talco y usaba un pulcro saco blanco.
La muerte-que también es prolija- le envidiaba
su colección de peines.
Un día la muerte, que hojeaba una revista
deportiva, dijo: «me toca a mí».
Y ocupó aquél sillón, despatarrada y con un
remolino en la cabeza.
«Tiene un pelo difícil», dijo sin voz mi abuelo.
Después, la muerte asentó su navaja y haciendo
su trabajo, rasuraba al espejo ?
El peluquero se marchó bajo un cielo cualquiera
con estrellas de talco.
El espejo se pasó la mano por la cara afeitada,
suave, como un recién nacido.
La cuchara
Nace del verbo dar,
Como si el corazón tuviera mango.
Está hecha de lo que le falta, jamás
se guarda nada para sí.
Podría medir el mundo, acunarlo, transportar
su misterio, sus campanarios de agua de una orilla
a la otra.
Más humana que un perro.
Más a mano que Dios.
Ella
Viene despacio
entra
tropieza con mi tos
con mi costumbre de dejar la nuca
en cualquier parte
viene despacio
ordena mis silencios
desata las palabras necesarias
recibe la correspondencia de mis ojos
viene despacio
a tender sus manteles de ternura
viene despacio
apenas hecha humo para no despertarme
se abre paso entre vasos arrojados al día
retratos de mujeres
noches de bronca y noches de ginebra
viene despacio
con su enchape celeste subiéndose a mis mástiles
viene despacio
entra
se arrodilla al borde de mi alma
y junta los fragmentos de mi risa
después… se vuela azul como la tarde.